¿De verdad creías que te íbamos a aconsejar
beber mucha agua y esas cosas…?
Nos importa lo realmente importante -valga la redundancia- ¡el descanso! Y el la época estival es como unas olimpiadas para los muy siesteros, ¿De verdad creías que íbamos a escribir un artículo diciéndote que bebas mucha agua en verano y que uses protección solar en la playa?
La siesta es un lujo que todos quieren disfrutar y que todos (o casi todos) deberíamos dormir con la mayor frecuencia posible. Porque echarse una cabezadita después de comer está lleno de beneficios. El doctor James Maas asegura en su libro Sleep for Success! que «la siesta es una forma fácil y saludable de aumentar rápidamente nuestro estado de alerta, concentración, productividad, creatividad y humor», e incluso apunta que es un buen modo de reducir el estado de estrés.
Los beneficios de la siesta son infinitos. Informes emitidos por la Universidad de Berkeley señalan que el sueño diurno mejora el funcionamiento cardíaco y reduce la hipertensión. Investigadores de la Universidad de Atenas descubrieron en 2007 que dormirla reduce las posibilidades de sufrir un ataque al corazón y un estudio del estadounidense Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) señaló que la capacidad de aprender una habilidad motora aumenta en un 20% en las personas que se echan una cabezadita después de comer.
Seguimos aprendiendo cosas muy interesantes sobre los beneficios de la siesta. Pero no podemos olvidar que un aspecto importante de un buen descanso, de una buena siesta, es el lugar donde se practica. Un sofá, como solemos decir, es como la segunda cama. Es el gran «todoterreno» del hogar. Igual sirve para comer que para ver una buena peli, como cama improvisada para un amigo o amiga o, cómo no, el vehículo soñado del siestero profesional; ese amigo inestimable que altruistamente, sin saber cómo, adapta cada una de sus fibras a nuestro cuerpo para crear un traje a medida de nuestros sueños.
Si practicas la siesta, si eres de los que «aprovecha» el verano para descansar de verdad, visítanos, tenemos tu sofá.